Soy madre soltera de dos varones y una pequeña de 6, 8 y 11, tengo 29 años, soy plana
pero tengo muchas tetas, mi cabello es negro y puedo peinarme con las manos, pero el
padre de mis hijos y yo tuvimos muchos problemas por lo que decidimos terminar nuestra
relación y separarnos.
Estando casada conocí a Juan, Juan era una persona sencilla y amigable, trataba de
hacerme sonreír cada que me veía, a mí me gustaba aunque nunca se lo dije, luego
pasaron los años y en el proceso de separación yo me mudé, casualmente a la persona que
vi fue a Juan, sucede que juan vivía en el pueblo donde residen mis tíos y tías, de donde
también viene mi madre, Juan me recibió muy bien y nos abrazamos y recordamos viejos
tiempos aunque empieza a hablarme de Dios, no soy atea pero me encuentro raro que el
hombre que me gusta sea cristiano, nos despedimos y ambos nos fuimos.
Días después navegando por mi cuenta de Facebook aparece esa carita bonita de Juan
como persona que quizá conozca, no lo pensé dos veces y le envié la solicitud, solicitud que
no tardó dos horas en ser aceptada y empecé a hablarle inmediatamente aceptó mi
amistad.
Pasaron los días y ya estamos entrando en confianza, es un hombre de Dios pero también
es de carne y hueso y admito, yo lo estaba provocando para poder obtener lo que quería de
él, no fue tan fácil pero logré convencerlo para ir a un hotel, la conciencia me acusaba pero
me gustaba Juan, fuimos al hotel y yo me estuve comiendo una alitas de pollo que me
compró Juan, mientras me comía mis alitas trataba de romper el hielo haciendo que Juan
coma también y mis pies jugaban con su cosa, tenía un vestido blanco que hacía notar mis
interiores y me lo quité y entré al baño, Juan entró detrás de mí y yo lo tocaba, tocaba sus
bolas y jugaba con ellas, besaba su cuello cuando Juan se desesperó y puso su mano en
mi cosa, ya estaba mojada pero él me lo recordó, usó palabras sucias que me hicieron
calentar, agua caliente corría por nuestros cuerpos y empezamos a besarnos mientras Juan
intenta meterme su cosa en el baño, lo intenta aunque parece poco posible por la diferencia
de tamaño, Juan es más alto que yo, por eso no es fácil, salimos del baño y yo me senté en
la cama, era un pene promedio en comparación al de el padre de mis hijos que tiene un
pene de 19 centímetros y es negro como la noche, Juan sólo tiene 12 pero es más lindo,
tiene su cabeza rosa y su grosor es mayor, definitivamente este pene me gustaba más, lo
llevé a mi boca inmediatamente y lo empecé a mamar, Juan era un hombre soltero con
muchos días de no estar con mujer y yo sentía la fuerza que hacía para no venirse, yo
entendí el mensaje y me acosté en la cama y le pedí que fuera donde mí, fue y su trato era
increíble, fue sutil y trataba de no dañarme, tanto cariño me ponía a mil, estaba intentando
ser un caballero y lo logró, me lo hacía con suavidad y delicadeza, me encantaba su trato
aunque no se lo daba a demostrar, escuchaba cómo sonaba mi cosa mientras él martillaba
y experimenté un orgasmo, toda mi vida pensé que los penes grandes eran lo mío, sin
embargo este miembro de a penas 12 centímetros hizo lo que el padre de mis hijos nunca
pudo, Juan no duró un minuto después de mi orgasmo y se vino dentro de mí, se vino tanto
que se hizo una mancha apagada en la cama.
Después Juan me dijo que estaba arrepentido y que esas cosas no debieron pasar y yo
traté de hacerlo sentir menos culpable y le dije que todo saldría bien.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario